
Mesa de juego plegable en madera de haya con tablero giratorio.
Datación del mueble: Mediados del siglo XX.
Daños mecánicos: Estructura de las patas con holgura, debido posiblemente a la falta de uno de los bulones de remate del eje. Faltan las cuatro piezas (supuestamente metálicas) que llevaba en las esquinas para las fichas, o como ceniceros. Grietas abiertas en las uniones “a inglete” de la tapa.
El mueble tiene una pintura de laca blanca envejecida mediante pátina gris oscura que se encuentra desgastada en los cantos de la tapa y con arañazos y suciedad en general.

Retirada de los restos del antiguo tapete y de la cola de contacto con la que estaba adherido al tablero. Para ello se cubren las zonas de alrededor del tablero con papel y se utiliza decapante líquido y rascadores para eliminar la vieja cola. Tras repetir esta operación tres veces se lava la superficie con alcohol para frenar el efecto del decapante.

Limpieza y vaciado del exceso de pintura que tienen los huecos de las esquinas.
Extracción de los tornillos.
Consolidación y relleno de las grietas y huecos en las uniones y en los agujeros de los tornillos, mediante masilla a base de cola blanca mezclada con polvo de pintura blanca extraído del propio mueble.

Lijado superficial para retirar la pátina oscura, con lija de grano fino y siempre a mano con trozos de lija que se adaptan a cada forma de las molduras de la madera.
Las zonas de la tapa que se encuentran golpeadas se desgastan con lija fina hasta disimular las hendiduras de los golpes y arañazos.

Para hacer el embellecedor de madera que falta en uno de los ejes de las patas, se parte de una pieza cilíndrica y se va rebajando con escofina, lima y lija hasta conseguir la forma deseada. Después se pinta con laca blanca y una vez seco se desgasta con lija fina para igualar el aspecto al resto.

Para nutrir y proteger la madera y la pintura, se aplica un barniz al agua, incoloro y con brillo satinado, en dos manos mediante paletina sintética.

Después de un lijado suave de toda la superficie del mueble se aplica de nuevo el barniz, pero en este caso con muñequilla y en varias manos.

Limpieza y posterior montaje de las llaves de cierre del giro del tablero con cepillo metálico y lana de acero.

Forrado con fieltro de color azul de los huecos de las esquinas.
Se recortan las piezas adaptando las esquinas con un corte para ajustar al máximo el fieltro y se fijan con cola blanca de PVA.

Para cubrir el espacio del escalón que tiene el tablero con la mesa (5 mm), se hace necesario unir dos fieltros de menor grosor: uno sintético de 3 mm y sobre éste otro fieltro
de lana natural de 1,2 mm.

Recorte y fijación del tapete de fieltro sintético de 3 mm sobre el tablero mediante “cola fuerte” o “cola de huesos” (de tipo animal), aplicando calor con la plancha y después se hace
presión con tablas y gatos de apriete para asegurar una adhesión resistente y un acabado liso y sin arrugas.

Fijación del segundo tapete de fieltro, en este caso de lana natural de 1,2 mm de espesor, con “cola fuerte” sobre las dos superficies a unir. Igual que anteriormente con la plancha y gatos
de apriete.

Tras el secado de las colas se hacen visibles unas manchas de cola seca (que ha traspasado el fieltro), en las esquinas.
Para tapar las imperfecciones decidimos poner un parche del mismo fieltro en cada esquina con un motivo decorativo y fieltro de distinto color con los cuatro palos de la baraja francesa.

Tras probar con fieltro negro y darnos cuenta que no se distingue bien con el azul, ponemos en fieltro blanco la pica y el trébol.

Finalmente se fija el vinilo con el damero adhesivo con una espátula de plástico para evitar las burbujas.
Acabado final del mueble
